Dicen que en el corazón de Nicaragua hay una cadena de montañas donde el viento nunca se cansa de jugar. Allá, entre colinas verdes y senderos que parecen dibujados a mano, la Reserva Natural Serranías de Amerrisque guarda secretos que huelen a tierra húmeda y suenan a canto de aves. No es un lugar para visitar con prisa: aquí, el tiempo se estira y la brisa susurra historias antiguas que solo se escuchan si uno se detiene a mirar y respirar.
El nombre “Amerrisque” proviene de un vocablo indígena que significa lugar donde sopla el viento. Y vaya si sopla: desde sus miradores, la brisa es constante, fresca y, a veces, traviesa. Es el compañero perfecto mientras se contemplan paisajes que parecen no tener final: llanuras ganaderas, ríos que se retuercen como cintas plateadas y, si el día está despejado, hasta el inmenso lago Cocibolca.
Un santuario vivo
Esta reserva, ubicada principalmente en el departamento de Chontales, es un mosaico de vida. Entre su vegetación se esconden venados cola blanca, monos, guardabarrancos y mariposas que parecen volar solo para decorar el aire. Hay orquídeas silvestres, helechos gigantes y árboles centenarios que han sido testigos silenciosos del paso de generaciones.
Los senderos, algunos suaves y otros desafiantes, invitan tanto al caminante ocasional como al excursionista experimentado. Y cada paso es una oportunidad para descubrir algo nuevo: el canto lejano de un ave, el murmullo de un arroyo oculto o la sensación de que, en cualquier momento, uno podría cruzarse con un pasaje de un libro de aventuras.
Experiencias para todos los ritmos
No todo es caminar. También se puede explorar la zona en bicicleta de montaña, a caballo o acampar bajo un cielo tan claro que parece inventado. Algunos guías locales ofrecen recorridos interpretativos donde no solo se habla de plantas y animales, sino también de leyendas, costumbres y de cómo la vida rural late al ritmo de la naturaleza.
Cómo llegar
La Reserva se encuentra a unos 150 km de Managua. La ruta más común es tomar la Carretera Panamericana hacia Juigalpa, capital de Chontales, y desde allí seguir indicaciones hacia comunidades como La Libertad o Santo Domingo, que son la puerta de entrada a las Serranías. En vehículo, el viaje dura entre 2 horas y media y 3 horas.
Si viajas en transporte público, desde la terminal de Mayoreo en Managua salen buses hacia Juigalpa. Una vez allí, mototaxis o camionetas locales te acercarán a los accesos de los senderos.
Consejos para un viaje redondo
- Lleva calzado cómodo y ropa ligera que cubra brazos y piernas.
- Empaca agua, protector solar y repelente.
- Contrata guías locales: su conocimiento transforma la visita en una experiencia única.
- Y, sobre todo, deja el lugar tal como lo encontraste.
Visitar la Serranías de Amerrisque es más que una excursión. Es dejar que el viento te cuente historias, es escuchar el lenguaje de los árboles y aprender que la belleza también vive en esos rincones que todavía conservan su alma intacta.