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Masaya se prepara para celebrar a los Agüizotes y el Torovenado

Masaya se alista para una de las festividades más esperadas del año: los Agüizotes y el Torovenado, dos expresiones únicas del folclor nicaragüense que combinan tradición, sátira y devoción popular. Durante el último fin de semana de octubre, las calles de la llamada “Cuna del Folclor” se transforman en un escenario donde conviven el miedo, la risa y la memoria colectiva.

Los Agüizotes se celebran la noche del último viernes de octubre. En el histórico barrio de Monimbó, cientos de personas recorren las calles disfrazadas de los personajes más temidos del imaginario popular: La Llorona, El Cadejo, La Cegua y El Padre sin Cabeza, entre muchos otros. Este desfile nocturno, lleno de música, máscaras y tambores, revive las leyendas que forman parte del patrimonio oral del país y que han pasado de generación en generación.

Más allá del susto y la diversión, los Agüizotes representan una manifestación cultural profundamente enraizada en las tradiciones indígenas y mestizas. Es una noche en la que el pueblo se reencuentra con sus mitos y convierte el miedo en fiesta, reafirmando su identidad a través de la creatividad y la participación comunitaria.

El domingo siguiente tiene lugar el Torovenado, una celebración que combina el humor, la crítica social y la religiosidad popular en honor a San Jerónimo, patrono de Masaya. En este desfile, los participantes utilizan máscaras coloridas y disfraces ingeniosos para parodiar figuras públicas, autoridades y acontecimientos actuales. El toro y el venado, símbolos centrales de la fiesta, representan la lucha, la fuerza y la alegría del pueblo que no teme reírse de sí mismo.

Tanto los Agüizotes como el Torovenado son más que eventos festivos: son expresiones vivas de la identidad masayense. En cada danza, en cada broma y en cada máscara se conserva la esencia de un pueblo que, con imaginación y orgullo, mantiene encendida la llama de sus tradiciones más antiguas.

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