Pronto las calles de Masaya se vestirán de gala para recibir las festividades patronales en honor a San Jerónimo, consideradas las más largas y vibrantes de Nicaragua. Durante cuatro meses, la llamada “cuna del folclor nicaragüense” se transforma en un escenario vivo donde convergen tradiciones centenarias, fe popular y expresiones culturales que reflejan la identidad más auténtica del país.

1. “Tata Chombo”: el doctor que cura sin medicina
San Jerónimo, conocido cariñosamente como “Tata Chombo” por los masayas, es venerado como un médico espiritual. Los devotos le atribuyen intervenciones milagrosas a través de promesas y oraciones, especialmente en casos donde la medicina convencional encuentra límites. Esta particular relación se refleja en las ofrendas que llevan a su iglesia: figuras de cera representando partes del cuerpo sanadas y testimonios de agradecimiento.

2. La Octava: 14 horas de fe y resistencia
El punto culminante de las festividades ocurre cada 7 de octubre con la Octava, donde la imagen del santo recorre las calles durante aproximadamente 14 horas continuas. Esta procesión masiva reúne a miles de devotos, cargadores y músicos en una muestra extraordinaria de fervor y resistencia física que transforma completamente la ciudad.

3. El Torovenado: sátira con máscaras y memoria
El 30 de octubre, el Torovenado protagoniza uno de los desfiles más esperados. Esta expresión cultural única combina disfraces de animales, personajes satíricos y críticas sociales a través de máscaras y representaciones teatrales. Más que un baile, es un lenguaje vivo que mezcla herencia indígena, resistencia y humor social.

4. Un mosaico de danzas tradicionales
El repertorio dancístico incluye manifestaciones como los Diablitos o Mantudos, con sus trajes coloridos y máscaras de madera; las Húngaras, de influencia europea adaptada al sentir local; y el Baile de Negras, que honra la herencia afrodescendiente. Cada una aporta ritmos, colores e historias distintas al tejido festivo.

5. Capital del folclor con escenario propio
Masaya, reconocida como capital del folclor nicaragüense, concentra durante estas fiestas toda su riqueza cultural. La ciudad entera se convierte en un gran escenario donde se entrelazan música, danza, gastronomía y artesanía, mostrando por qué este patrimonio es orgullo nacional.

6. Fusión de identidades
La celebración representa un notable sincretismo donde conviven elementos de la devoción católica con ritos y significados de origen indígena y mestizo. Esta fusión se renueva generación tras generación, haciendo de las fiestas un espacio donde la identidad masaya se redefine y fortalece constantemente